Bath es la única ciudad de Reino Unido considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en reconocimiento de sus termas romanas e increíble arquitectura georgiana. Su rica historia, influencia en la literatura y sus edificios de estilo palladiano del color de la miel convierte a esta ciudad en uno de los lugares más románticos que visitar y en los que hospedarse de Reino Unido.
Estas antiguas termas romanas son el monumento más icónico de la ciudad de Bath. Cuando los romanos descubrieron sus aguas termales naturales en el 70 a.C. construyeron estos preciosos baños termales y templo, lo cual explica el origen del nombre de esta ciudad, cuya traducción es «baño». Sepultado bajo la ciudad durante siglos, el lugar fue descubierto por accidente y excavado en 1878.
Explora el Manantial Sagrado, de cuyas aguas místicas se dice que curan a los enfermos. Las condiciones espectaculares en las que se encuentran las termas romanas y la Pump Room de ampliación victoriana las convierte en una de las atracciones turísticas más populares de Reino Unido y además están protegidas por ser Bath una Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Podrás disfrutar de toda su historia y esplendor en aproximadamente dos horas.
Justo enfrente de las termas romanas se encuentra la imponente arquitectura gótica de la abadía de Bath. Al acercarte al gran portón de la nave oeste, verás la famosa escalera de Jacob, que abarca el largo del marco colosal de la entrada. Tómate un momento para localizar los intrincados ángeles tallados que suben y bajan por la escalera al cielo. Pasa por este portón para comprar tus entradas antes de admirar la bóveda de abanico. También puedes unirte a una visita guiada para subir los 212 escalones hasta la torre de la abadía Bath Abbey y contemplar la ciudad desde esta vista de águila.
A la esquina de la abadía de Bath te encontrarás el puente Pulteney de época georgiana. Construido en 1770, este puente es un ejemplo magnífico de diseño e ingeniería romántica. Este estilo arquitectónico clásico toma inspiración de los elegantes edificios de Roma y Grecia. Repara en la simetría del puente, el gran ventanal central y las líneas limpias tan típicas de las fachadas de estilo georgiano. La construcción del puente Pulteney costó 10 000 £, lo que equivaldría a millones de libras hoy en día. Es uno de los únicos cuatro puentes en el mundo con tiendas y restaurantes a lo largo de ambos lados.
Después de comer, visita el museo Herschel de astrología, que fue en su momento el hogar del astrónomo germano-británico William Herschel y su hermana Caroline. Desde su casa, William descubrió el planeta Urano en 1781. Ambos hermanos eran músicos talentosos, habiendo compuesto William 24 sinfonías. Explora la casa y observa cómo era la vida para ellos en el siglo XVIII.
Haz una breve paradita en el jardín pequeño pero pintoresco de Queen Square, a solo unos minutos andando del museo Herschel. El famoso arquitecto John Wood el Viejo construyó este jardín durante la época georgiana. En el centro encontramos un obelisco, erigido en 1738 en memoria de Federico, príncipe de Gales, quien falleció antes de convertirse en rey de Inglaterra. Rodeando el parque nos tomamos con edificios considerados de una importancia nacional, arquitectónica e histórica de grado I con sus increíbles diseños de estilo georgiano, incluyendo al Bath Royal Literary and Scientific Institution.
Sigue en dirección norte desde Queen Square para llegar al Jane Austen Centre en Gay Street. La icónica autora de Orgullo y prejuicio vivió en Bath entre 1801 y 1806 y esta exposición conmemora su obra literaria. En dicha exposición se narra la historia de Jane y sus escritos, todos los cuales mencionan Bath. Observa a los actores interpretando a personales de Jane, aprende sobre la moda y la alta sociedad en el periodo de Regencia y disfruta de un té por la tarde.
Follow Gay Street north a short distance until you reach The Circus. Three curved rows of historic Georgian townhouses form the magnificent ring. Standing in the centre is a green lawn with ancient trees over two hundred years old. The Grade I listed buildings are the design of Bath's legendary architect, John Wood the Elder. Inspired by the Roman Coliseum, The Circus facade is lined with Doric, Roman, and Corinthian columns and intricately stone-carved wreaths, acorns, nautical symbols, Masonic emblems, flowers, birds, and faces. Famous actors, artists, and celebrities have lived at this address including Hollywood's Nicolas Cage.
Dirígete en dirección este desde Brock Street para admirar otro edificio considerado de grado I, el Royal Crescent. Con sus 150 metros de largo, el Royal Crescent es un ejemplo deslumbrante de arquitectura georgiana, diseñada por John Wood el Joven, cuya construcción se completó en 1774. Su fachada de estilo Palladiano traza una curva, de ahí su nombre. Busca la puerta pintada de amarillo del nº 22, una controversia causada por la señorita Amabel Wellesly-Colley en los 70 al desafiar la política tradicional de puertas blancas.
El nº 1 de Royal Crescent es la vivienda más grande de Crescent y un adosado convertido en museo. Ha sido restaurado, decorado y amueblado con el aspecto que hubiese tenido en 1776-1796 y ahora la casa y los cuartos del servicio originales presentan exposiciones de sala, cuadros y un cambiador donde ver trajes de la época de Regencia.
Pasea por Crescent hasta alcanzar Marlborough Buildings y después gira a la izquierda más allá del césped de Royal Crescent. Toma nota del «ha-ha», un largo surco en el césped que fue cuidadosamente diseñado para que resultase invisible a la distancia y crease una suave cuesta en el parque. Durante la IIGM el jardín se dividió en 72 parcelas, que le hizo granjearse el apodo de «cabbage patch». No fue hasta 1956 cuando se restauró su anterior y elegante esplendor.
Gira a la derecha en Marlborough Lane hacia Royal Victoria Park para descubrir 57 acres de plantas ornamentadas, perennes, árboles forestales, praderas, hermosos paisajismos, monumentos, un obelisco dedicado a la coronación de la Reina, un gran estanque victoriano, un puente de piedra y senderos flanqueados por robles. Como parque público de grado I, Royal Victoria Park lo diseñó el arquitecto Edward Davis como un parque pensado para disfrutar de un ocioso paseo en carruaje. Es uno de los primeros parques públicos construidos en Reino Unido inspirado por los parques de Paris y otras ciudades del continente. Royal Victoria Park se inauguró oficialmente en 1830 con una visita de la princesa Victoria. La princesa contaba con tal solo 11 años en aquel entonces, poco antes de convertirse en reina. El parque central, conocido como «Middle Common», se ha desviado poco de su diseño original del siglo XIX.
No te olvides de visitar el bosque secreto escondido, el Great Dell, dentro del parque. Lo que acostumbraba ser una cantera de piedra se transformó en un encantador valle socavado en 1839. Restaurado en 2015 tras cuatro años cerrado, los visitantes pueden disfrutar de las pasarelas aéreas de nueva construcción y apreciar la belleza de Dell desde varios puntos de vista. El Great Dell es hogar de árboles inusuales como araucarias y secuoyas rojas de California así como el monumento Shakespeare de grado II y la escultura Cabeza de Jupiter.
Creados en 1839 y ampliados en 1887, el jardín botánico se localiza en el ala este del Royal Victoria Park. Con una extensión de 9 acres, los jardines se establecieron en su origen gracias a una generosa donación de 2 000 plantas herbáceas y arbustos florecientes de un importante botanista local. Más adelante se recibieron más donaciones de colecciones de plantas, pinos del Himalaya y piedra caliza para enriquecer los jardines. También se le añadió una piscina con cascadas y un puente. Date un paseo más allá del Templo de Minerva, un templo de estilo romano erigido en 1913 y considerado de grado II.
Empieza la maña admirando la colección de arte en el Museo Holburne en los jardines Sydney. El museo aloja un tesoro escondido de esplendidas esculturas de bronce, pinturas, plata y porcelana que formaban parte de la colección personal de Sir William Holburne. El 5º Barón de Menstrie de Escocia, Sir Holburne, nació en 1793 y se convirtió en un experto en arte después de dejar la Marina Real y viajar por Europa. Fue su hermana la que donó su colección y desde entonces otros 2.000 artículos victorianos han ampliado dicha colección, incluyendo retratos en miniatura, bordados y cuadros al óleo.
Este edificio de grado II cuenta con una historia ya fascinante de por sí. Su nombre oficial era Sydney Hotel, un local social atractivo y elegante que era popular en el siglo XVIII. Se construyó en 1799 con salones de té, de cartas, de baile y para conciertos. Contaba con una taberna en el sótano, la Sydney Tap, frecuentada por sirvientes y los hombres que cargaban con las literas o sillas de manos. El hotel formaba parte de los Sydney Gardens, unos jardines muy estimados donde pasar ratos ociosos, designados con forma hexagonal alargada y exclusivos para la alta sociedad que podía permitirse el costo de entrada. Tanto el jardín como el hotel los frecuentaba la batoniana Jane Austen, quien mencionaba su estima por el parque y sus eventos sociales.
En su época de mayor apogeo, había conciertos, desayunos públicos, impresionantes espectáculos de pirotecnia, árboles exóticos, una gruta victoriana, una cascada, un molino de agua, un laberinto impresionante de 800 metros, dos bowling greens, una pajarera y columpios. Lamentablemente, la construcción de la vía de tren y el canal de Bath irrumpió por medio de los jardines, resultando en la eliminación de este adorado laberinto. Más tarde, el hotel se vendió por separado y se renovó para alojar el Museo Holburne.
Encamínate hacia el centro de Bath a lo largo de Great Pulteney Street, un bulevar residencial construido en 1789. Una fachada georgiana encuadra las casas residenciales en ambos lados, una curiosa de técnica de construcción para asegurar la uniformidad de la cara delantera de las viviendas. Unos propietarios individuales compraron un terreno para cada casa de la calle. Después gozaron de la libertad de construir y diseñar su casa a su gusto, lo cual explica la diversidad que se aprecia desde la parte trasera.
Sir William Pulteney, 5º Barón y abogado escocés encargó la construcción de una vía pública para conectar la aldea de Bathwick con Bath. Sir William se beneficiaba del puente Pulteney Bridge y la Great Pulteney Street al tener su residencia al oeste del río Avon. Antes de la construcción del puente, un pequeño ferri trasladaba a sus pasajeros al centro de Bath.
El arquitecto Thomas Baldwin tenía la idea de que Great Pulteney Street fuese parte de una nueva e impresionante ampliación de Bath con amplias calles similares al bulevar principal, plazas majestuosas y arquitectura renacentista clásica. Por desgracia, sus planes nunca llegaron a término debido a las guerras napoleónicas y la Revolución francesa. De hecho, Napoleón Bonaparte, emperador Napoleón III de Francia, vivió seis semanas en el nº 55 de Great Pulteney Street con su mujer e hijo durante su exilio de France en 1846.
Haz de tu viaje a Bath una experiencia para el recuerdo con un crucero por el río. Estos barcos de una o dos cubiertas ofrecen un tranquilo paseo por el río con asientos, bebidas y picoteo a bordo, mantas, chubasqueros a prueba de agua y un comentarista en directo para charlar de manera informal sobre la fauna local y la historia de la ciudad. Puedes comprar tus entradas y subir a bordo en Pulteney Weir en el puente Pulteney, aunque algunas de las compañías pueden pedir reserva previa. Dependiendo de la empresa que elijas, puedes ir hasta la aldea cercana de Bathampton o puedes embarcarte en un viaje de ½ horas corriente arriba hasta Avon Valley.
Cerca del puente Pulteney hay dos acres y medio de encantadores jardines bordeando la ribera del río. Con entrada bajo subscripción aún hoy en día, el parque se construyó en sus inicios en 1709 como un parque de ocio y diversión cuyo acceso requería una pequeña tarifa. Su césped inmaculado, preciosas camas de flores y su senda bajo cubierto se idearon a principios del siglo XVIII para atraer a visitantes refinados hasta Bath. Hoy en día el parque cuenta también con una taquilla abovedada del siglo XIX, una acera circular con el mismo diámetro que el Stonehenge, monumentos, columnas de estilo toscano, una glorieta octagonal del siglo XIX y unas vistas privilegiadas del río Avon. Está abierto de abril a septiembre.
Sal de Parade Gardens y dirígete de nuevo hacia el norte para hacer una parada en el Victoria Art Gallery, cerca del puente Pulteney. La entrada a la exposición permanente es gratis e incluye 1 500 cuadros británicos del siglo XVII, esculturas, manualidades de cristal y bustos de mármol. El pequeño pero importante edificio de grado II se diseñó en 1897 para servir como biblioteca pública hasta 1990. Presta atención a la escalera de caoba, columnas y pasillo de mármol, el techo abovedado y los relieves de signos del zodiaco. Esta galería de arte recibió su nombre en conmemoración del sesenta aniversario de la reina Victoria.
Deja atrás Queen Square para llegar al Mary Shelley's Frankenstein Museum, una experiencia inmersiva de horror gótico, misterio y hechos reales. Asentado dentro de un edificio de grado II en Gay Street, este museo condecorado cuenta con cuatro aterradoras plantas para asustar y entretener a partes iguales. Durante su breve estadía en Bath en 1816, la talentosa aunque turbulenta escritora Mary Shelley escribió Frankenstein, la primera novela de ciencia ficción de la historia. Sus dos aterradoras escape rooms, una cabeza de monstruo gigante, una exposición de artefactos curiosos y antiguos, crónicas de la vida de Mary y unos anfitriones disfrazados hacen de esta una experiencia aterradora, imaginativa y memorable.
Al sur de la ciudad se encuentran los 28 acres de Prior Park Estate, una lujosa extensión de jardines paisajísticos del siglo XVII con un verde valle empinado y una mansión neopalladina descansando en su cima. Los jardines constan de un trio de lagos junto con el lago Serpentine, que se encuentra justo al lado de la mansión y cuya corriente fluye hasta una cascada y de manera subterránea hasta los dos lagos inferiores en el fondo del valle.
Prior Park se asienta sobre lo que en su día fue un parque de ciervos normando propiedad de un obispo. Uno de los hombres más ricos del país, Ralph Allen, un emprendedor de Cornualles hecho a sí mismo, compró el parque y lo transformó en un impresionante paisaje georgiano. Su contribución fue decisiva para que Bath se convirtiera en uno de los centros turísticos más de moda del Reino Unido al proporcionar piedras de sus canteras. Allen contrató al arquitecto más prestigioso de Bath, John Wood el Viejo, para que diseñara la mansión de Prior Park, que actualmente es un colegio privado.
Se dio comienzo a un proyecto de restauración considerable cuando el National Trust se convirtió en propietario de Prior Park Gardens en 1993. Esta organización benéfica de preservación restauró los jardines a su belleza original tal y como Ralph Allen lo había planteado en vida. La entrada a los jardines te permite pasearte por el bosque y visitar puntos curiosos del terreno como The Cabinet, Sham Bridge, Ice House, Thatched House, una casa de veraneo victoriana, las ruinas de un misterioso templo gótico y estanques de peces llenos de carpas. La gruta secreta del Sr. Allen sigue en proceso de renovación.
El puente Palladian a los pies de Prior Park Estate es verdaderamente espectacular. Solo hay otros tres como este en el mundo. El diseño clásico del puente toma su inspiración del arquitecto veneciano del siglo XVI, Andrea Palladio. Ralph Allen le encargó al arquitecto Richard Jones los planos del puente cuya construcción se completó en 1755.
Sigue la empinada colina que baja desde Prior Park en dirección al centro de Bath y llegarás a Alexandra Park, que se encuentra en la cima de Beechen Cliff. Con una extensión de 11 acres, este parque se inauguró en 1902 en honor de la Reina Alejandra y para celebrar la coronación del Rey Eduardo VII. La entrada a este parque público es gratuita y es un lugar maravilloso para contemplar las vistas panorámicas de la ciudad. También hay un bowling green, un campo de petanca, una Escalera de Jacob y una mesa de ping-pong al aire libre.
Bath es una ciudad pensada para familias con actividades disponibles para niños en la mayoría de sus atracciones turísticas. Los menores de cinco años suelen tener entrada gratis. Además de museos, hay numerosos jardines y parques bien cuidados para que los niños gasten energías y correteen por Bath City Farm. A menos de 5 km de las afueras de la ciudad encontramos Bath City Farm, un lugar de libre acceso ya que la organización benéfica solo acepta donaciones. En estos 37 acres de granja, los niños podrán ver gallinas, cerdos y patos. En la granja también venden comida especial para poder dar de comer a las cabras pigmeas. También cuenta con una zona de juegos para niños, bosques, lechos de flores silvestres, sendas naturales y una cafetería.
De mayo a septiembre: Para disfrutar al máximo de Bath, los días de verano más secos y largos de junio a agosto son los mejores para poder hacer turismo hasta que se ponga el sol. La arquitectura y los exuberantes jardines relucen bajo el sol. Sin embargo, si prefieres evitar las multitudes, procura venir de visita en temporada baja, durante la primavera y el otoño. En mayo debería llover un poco menos que a principios de año y hará el suficiente calor para pasar el día paseando y disfrutando de las vistas desde las colinas circundantes. En septiembre, podrás disfrutar de los últimos calores del verano sin tanta intensidad ni ruido.
Cierres durante el invierno: Ten en cuenta que algunos de los reclamos turísticos cierran durante los meses de invierno. El Great Bath al aire libre de las Termas Romanas cierra de noviembre a febrero, al igual que el Royal Victoria Park, el Prior Park Landscape Garden y el Alexandra Park. El embarcadero, las excursiones en barco, las visitas guiadas a pie y los autobuses turísticos también pueden tener un horario reducido.
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