La antigua ciudad medieval de Winchester cuenta con mucha historia, gracias a haber sido la capital de Inglaterra y estar vinculada a leyendas de hace siglos. Fue en este lugar donde el rey Arturo y su Mesa Redonda se reunían en la Gran Sala y donde el rey Alfredo el Grande comenzó a unificar los condados de la Inglaterra anglosajona. En la actualidad, es una de las ciudades medievales mejor conservadas del país, la capital gastronómica de Hampshire y el escenario de incontables festivales de música y artes.
Empieza tu itinerario en lo alto de la High Street de Winchester pasándote a visitar el museo Westgate, ubicado en un edificio inscrito como monumento de grado I. Construido en el siglo XII, el museo se sitúa en una de las dos únicas entradas medievales a la ciudad que han sobrevivido. Con su imponente pórtico de piedra, pesadas puertas de madera, guardas apostados, ventanas lanceoladas y portón levadizo, cumplía con su función de defender Winchester de invasores además de servir como despacho de aduanas. Cuando el riesgo de invasiones comenzó a descender, pasó a ser una cárcel para deudores durante 150 años. Hoy en día, en el popular museo que aguarda en su interior se explica su historia a lo largo de los siglos. También cuenta con un techo pintado, trajes del periodo Tudor que probarse y unas vistas impresionantes a la ciudad desde la azotea.
Enfrente del museo Westgate se encuentra la famosa Gran Sala, erigida en el siglo XIII. Esta sala es lo único que queda del grandioso castillo de Winchester, construido por encargo de Guillermo el Conquistador en 1067 y sede del gobierno británico durante más de un siglo. En el presente el castillo ha quedado reducido a ruinas, pero la Gran Sala sigue siendo digna de admiración. Adéntrate en la imponente Gran Sala, cuyo nombre verás que le hace justicia, y admira uno de los salones medievales más impresionantes que se han conservado. De acuerdo a la leyenda, este era un lugar de reunión para la Mesa Redonda del rey Arturo. Maravíllate con la Mesa Redonda colgada de un extremo, las vívidas vidrieras con sus escudos de armas, su precioso techo abovedado, las intrincadas puertas matrimoniales de acero dedicadas a la Princesa Diana y al Príncipe Carlos y una estatua de bronce de la reina Victoria. Recorre la Long Gallery, que conecta con la sala, con sus interesantes exposiciones, información histórica y cuadros.
Nada más salir de la Gran Sala se encuentra el Queen Eleanor’s Garden. Date un paseo por los senderos de piedra que bordean los arriates de flores y hierbas, los setos de laurel y las paredes de setos hasta llegar a una fuente de piedra de Purbeck, un arco de parra y una pérgola de avellanos. Este pintoresco jardín es una recreación moderna de un herbario medieval del siglo XIII, con las plantas y materiales que se habrían utilizado en los jardines de la época. Debe su nombre a la reina Leonor de Provenza, esposa del rey Enrique III, de quien se dice que era aficionada al cultivo de hierbas medicinales
Al otro lado de la calle de la Gran Sala se encuentran los Peninsula Barracks. Como base militar para alojar tropas hasta la década de 1960, estos cuarteles (o «barracks») se construyeron en el emplazamiento de King's House, un palacio del siglo XVII diseñado por Christopher Wren para el rey Carlos II. En 1894, un incendio destruyó el palacio original. En la actualidad, los Barracks han sido renovado para albergar seis museos militares: el Museo Gurkha, el Museo The Royal Green Jackets, el Museo The Adjutant General's Corps y el Horsepower (Museo de los Reales Húsares del Rey)
Aléjate de la Gran Sala en dirección al centro de Winchester para encontrar el City Museum, uno de los museos más antiguos de R.U., construido en 1903. Una vez dentro, sus tres galerías narran la historia de Winchester desde sus orígenes romanos y sajones hasta su estatus de sede con Alfredo el Grande. No te pierdas la réplica victoriana de Winchester, creada cuando la ciudad era solo un tercio de lo que es ahora.
Descubre más de 1.000 años de historia en la catedral de Winchester, la catedral más larga y una de las más grandes de Europa. Concebida en sus inicios como una iglesia sajona, la catedral se construyó en el siglo XI con una arquitectura gótica y normanda. Aprende acerca de la leyenda y el culto a San Swithun, de cuyos huesos se decía que curaban a los enfermos, y una figura muy solicitada por multitud de peregrinos. La cripta se inunda a menudo, transformándose así en un espeluznante lago con una escultura a escala real medio sumergida de un hombre solitario. Las visitas guidas están muy recomendadas, ya que así podrás subir las escaleras de caracol hasta la azotea de la catedral y también explorar la cripta de abajo.
Al alejarte de la catedral, te toparás con la impresionante Winchester Guildhall con su diseño gótico. En sus inicios en 1873, Guildhall se construyó como un edifico multiusos donde alojar el departamento de policía, los calabozos, el cuerpo de bomberos, una biblioteca, juzgados, un museo, una sala de exposición, despachos y salas de reuniones. En su fachada se representan tanto leyendas como la historia real de Winchester incluidos el rey Arturo, Guillermo el Conquistador, el rey Alfredo el Grande y el alcalde Florence de Lunne. A pesar de que el museo, la biblioteca, la comisaría de policía y el cuerpo de bomberos abandonaron el Guildhall en favor de locales más grandes, el edificio victoriano se ha mantenido en pie gracias a sus numerosas renovaciones. En la actualidad, cuenta con una conocida cafetería, salas de conferencias y actos y un centro de información turística, todos ellos luciendo sus elementos victorianos originales.
Continúa por Broadway para llegar a la estatua del legendario rey Alfredo el Grande, que se erigió en 1899 para conmemorar el milenario de la muerte del rey en el año 899 d.C. Se le representa con una espada en su mano derecha y un pergamino en la izquierda, que representan lo logrado por el bien de su país: fue él quien empezó a unificar los reinos anglosajones que más tarde darían lugar a Inglaterra, defendió al país de las invasiones vikingas y fomentó la alfabetización y la enseñanza.
Enfrente de la estatua del rey Alfredo el Grande están los Abbey Gardens. Paséate alrededor de los parterres de rosas, un jardín perfumado y una zona de juegos para niños. El monasterio, que en el año 903 d.C. fue la sede del Nunnaminster del rey Alfredo, fue destruido en 1539 por el rey Enrique VIII. En 1751, se construyeron en su lugar una casa georgiana y un templo de estilo dórico, que siguen en pie hoy en día. En la actualidad, Abbey House es la residencia oficial del alcalde de Winchester, aunque, como dato curioso, el alcalde no vive en la propiedad, sino que la utiliza para recibir a sus invitados.
Dirígete al centro comercial Brooks para viajar en el tiempo a lo largo de la historia. Pasarse por la atracción 878 AD es una forma ideal de descubrir la importancia de Winchester durante el periodo anglosajón. Desarrollada por Ubisoft y los creadores de Assassins Creed, 878 AD es una experiencia inmersiva que te retrotrae a cuando Winchester fue la importante capital real y religiosa de Wessex en uno de los reinos anglosajones más poderosos. Hay actuaciones en directo de actores talentosos que narran historias y recrean acontecimientos de la época de la amenaza vikinga. Pásate a contemplar artefactos antiguos, exposiciones interactivas y unos materiales audiovisuales cautivadores. También cuentan con una aplicación de realidad aumentada para descargar e ir siguiendo a medida que recorres Winchester.
Camina por High Street hasta Broadway para llegar al Winchester City Mill, que se asienta a las orillas del río Itchen. Es uno de los molinos más antiguos del Reino Unido, habiendo estado ya en funcionamiento con los romanos y sajones. El molino original quedó abandonado, pero se reconstruyó en 1743 a partir de unas vigas estructurales de los siglos XIV y XV, que siguen presentes hoy en día. El National Trust se hizo cargo del molino después de la Primera Guerra Mundial para devolverle su antiguo esplendor y, con el tiempo, volver a producir harina. Ven a visitar el molino, ver las nutrias de río y visitar su encantadora cafetería.
Si sigues por el paseo marítimo que bordea el río en dirección norte, a poca distancia te encontrarás con la reserva natural Winnall Moors, unos 84 acres de humedales protegidos llenos de fauna salvaje, arroyos de creta, praderas de flores silvestres poco comunes, cañaverales y pastos. Cuenta con senderos para recorrer la reserva y el bosque. Entre su flora habitan aves como carriceros, mosquiteros, garzas y martines pescadores. A menudo, se pueden ver graciosos corzos de color rojizo pastando entre la maleza; mientras que los topillos acuáticos, de color marrón oscuro y cuerpo redondeado, pueden verse nadando en las aguas o correteando entre los arbustos. El lugar le perteneció a la abadía de Hyde en la época medieval, cuando constaba de una capilla que ya no existe. Infórmate sobre la reserva y sus hábitats en el centro de visitantes.
Regresa al Winchester Mill y pon rumbo este para subir hasta St Gile's Hill. Al alcanzar su cima, te verás recompensado con unas majestuosas vistas panorámicas de la ciudad, incluidas la catedral de Winchester y la abadía. En el pasado, la iglesia de St Giles, una capilla medieval, se alzaba orgullosa en la cima de la colina, pero fue demolida hace mucho tiempo. Históricamente, tanto romanos como anglosajones han utilizado esta colina como cementerio.
Empieza la tarde con un tranquilo paseo por la ruta de Keats' Walk que te aleja del centro hacia el sur de la ciudad recorriendo el río Itchen. Esta ruta debe su nombre a John Keats, un poeta romántico que se hospedó en Winchester en 1819 y se vio inspirado por la belleza natural de la zona. Se dice que él mismo recorría este camino todos los días, empezando por la catedral, pasando por las ruinas del castillo de Wolvesey y terminando en las cañadas de la iglesia de St Cross. Es un recorrido de poco más de 1,5 km de largo y lleva alrededor de media hora completarlo en una única dirección.
Keats' Walk llega a su fin en la iglesia y el hospital de St Cross, al sur del centro de la ciudad. Este hospital catalogado como monumento de grado I incluye una iglesia normanda y un hospicio medieval fundado en 1132 por Enrique de Blois, nieto de Guillermo el Conquistador. Se creó para dar refugio, comida y cuidados a hombres pobres y necesitados. A diferencia de un monasterio, el hospital es una fundación benéfica cristiana de la que se encargan los Hermanos de St Cross, no monjes. Es el hospicio más antiguo todavía en uso de Inglaterra y ofrece alojamiento, un barbero y comida para hombres ancianos. El hospital original del siglo XII ya no existe, ya que fue reemplazado por un hospicio de diseño encantador en el siglo XVII.
Reserva de antemano una visita guiada con uno de los Hermanos residentes vestido con sus ropajes tradicionales. En este tour verás la iglesia de los siglos XII y XIII, el Brethren's Hall del siglo XIV y la galería Minstrel, el ambulatorio tudor y la cocina y panadería georgianas. Entérate de los cuentos, leyendas e historia medieval del hospital.
El salón de té de Hundred Men's Hall tea sirve una espléndida variedad de refrigerios como el café de la mañana o el té de la tarde. También cuenta con el meticulosamente cuidado Master's Garden, Compton Garden, un campo de bochas, que cuenta con unas flores espectaculares, un estanque de lirios, hierbas medievales, parterres y setos. La tienda de regalos The Porter's Lodge cuenta con cerámica y loza artesanal blasonadas con el emblema de la cruz del hospital.
A esta iglesia se la admira por su arquitectura y mampostería de estilo normando tardío. Resultan particularmente intrigantes sus techos abovedados, sus paredes de piedra de un metro de ancho, los bancos de madera con sus intrincados grabados y sus vidrieras del siglo XX. Cada jueves a la hora de la comida, tiene lugar en la iglesia un concierto «Perfect Pitch» de parte de jóvenes estudiantes de academias de música cercanas. Las misas diarias se dan en la capilla privada, que puede visitarse durante la misa de los domingos o como parte de una visita guiada reservada de antemano. También puedes solicitar participar en la antigua tradición de la «Wayfarer’s Dole», que consiste en dar un pequeño cuerno de cerveza y un bocado de pan a los viajeros cansados. Dicha tradición da testimonio del origen benéfico y hospitalario del hospital de St Cross, que se remonta a la Edad Media.
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